Autoestima infantil: importancia de los mimos en los bebés

Hay una máxima muy simple: si un niño no recibe amor y afecto, tampoco lo dará. El cariño infantil y el amor son fundamentales para que el niño se sienta querido y pueda tener una buena autoestima. Es muy importante demostrar a tu hijo tu cariño a través de los mimos y las caricias.

Los gestos de cariño son una necesidad básica para tu hijo

Gracias a ellos, el niño se siente reconfortado, querido y aceptado, lo que contribuirá a desarrollar su autoconfianza y autoestima infantil. Cuando lo estrechas contra ti, le estás transmitiendo amor y seguridad. Tus besos y caricias son el mejor regalo que les puedes hacer. Las caricias son la forma de que el niño sepa que le estás diciendo sin palabras “aquí estamos contigo, papá y mamá nunca van a dejarte y te quieren muchísimo”.

Los mimos y caricias, además de formar parte del desarrollo de los bebés, ayudan al niño a vencer sus miedos y a ser más autónomos y a interactuar mejor con su entorno y el mundo que les rodea. En nuestra guardería bilingüe en Valencia, los mimos forman parte de la educación infantil y son tan importantes como la enseñanza del inglés o las actividades de música o psicomotricidad.

Un niño querido, que ha recibido mimos en la infancia, al llegar a la edad adulta contará con una mayor inteligencia emocional que uno que no los haya recibido. Aunque pueda parecer a veces que los mimos pueden volver a los niños, consentidos y egocéntricos, lo cierto es que las caricias les ayudan a normalizar y encauzar sus emociones.

Para los padres, también es una experiencia balsámica ya que permiten sacar a la luz sentimientos que en ocasiones son difíciles de expresar y permanecen ocultos.

Amor bajo control

Las demostraciones de cariño han de tener un punto medio. No se trata de agobiar al niño con todo un repertorio de efusividades sino de hacer que se sienta feliz y tranquilo.

A veces un exceso de cariño puede tener “efecto rebote” y dar lugar a dos tipos de situaciones:

  • El niño las rechaza de plano.
  • El niño se aprovecha de tu “amor infinito” para hacer su voluntad.

El cariño que demuestres hacia tu hijo ha de cumplir una función de seguridad, autoestima, refuerzo positivo y afirmación. Pero como suele suceder en todos los ámbitos de la vida, los excesos nunca son buenos. Querer y mimar a tu hijo, en ningún caso ha de ser percibido como algo negativo (el niño se agobia ante tanta efusividad) o como una licencia para hacer su voluntad y convertirse de esta forma en un “pequeño tirano”. Como siempre, en el medio está la virtud.

No pierdas la ocasión de decirle y hacer sentir a tu hijo que lo quieres, aún en la distancia o en cualquier situación, aunque estés enfadado/a con él.

Chiquilín: Su futuro empieza aquí

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